lunes, 19 de enero de 2009

COMA

Tuve un sueño que encontró el descanso; entrabas en un túnel profundo, tu voz era cercana, susurrabas ausencias de un poeta que no conozco. De pronto, un manto de hojas secas se tejía alrededor de tu cuerpo; la oscuridad del túnel exploto en rojos y violetas brillantes, quise llamarte pero otra voz se ahogo en llanto, extendí mis brazos para buscarte en las profundidades donde ahora me sumergía y miles de espinas se clavaron en mis manos; a lo lejos, un campo de pensamientos florecía junto a tu cuerpo desnudo y siete mariposas te rondaban sin que levantaras la mirada. Los susurros se convirtieron en las carcajadas de un niño. El silencio, sutil y aterrador, me llevo hacia la corriente de un río de pétalos de rosa, olía a vinagre de arroz, a tabaco fresco y aceitunas negras. Los aromas formaban imágenes, sabia que ayer no era el pasado y hoy ya no estabas, nada interrumpía la calma y una brisa fresca entraba por ninguna ventana. Abrí los ojos y juntos desaparecimos en mi presencia.