viernes, 6 de febrero de 2009

Lluvia de ideas

Tras un desafortunado día de trabajos civiles frente a mi casa, logro llegar hasta el ordenador pero no tengo una sola palabra disponible para el. Es abrumador observar cómo, la mente trabaja incansablemente para nada. No sé cuántas ideas logre cocinar mientras me bañaba y cuántos proyectos se quedaron en remojo cuando me corte el dedo índice, mientras intentaba unos cortes en juliana, con un pésimo cuchillo. Es muy tarde para empezar a trabajar en los textos de Mario. ¿Qué me importa el servicio al cliente de un hotel en el que jamás me hospedaría? Bueno, tampoco me importa el servicio de ningún hotel, ninguno. Odio los hoteles, desearía tener buenos amigos por todo el mundo y hospedarme en sus casas. Un hotel no dice mucho de la ciudad, por lo menos no de la real y es porque los hoteles son para visitantes. El hotel, es a las ciudades, como el hogar de un arribista que le quita el forro plástico a los muebles de la sala y saca la vajilla nueva y de lujo, sólo cuando viene un desconocido a cenar y por desconocido se cuentan las tías, los primos y hasta las suegras, porque a un arribista, difícilmente le resulta conocido alguien. Debo lograr que una estrategia de servicio hotelera se convierta en un acto de amor. Pienso en las mujeres que debían cumplir con sus deberes como esposas, eso sí que es un acto de amor convertido en una estrategia de servicio.

¿Por qué se casaría mi prima Moni por la iglesia? Mi madre dice que por amor a las creencias de su esposo, para mí que la Moni no cree ni en ella y se le da bien, cualquier cosa con tal de viajar a Paris, como todas sus amigas del colegio, a la luna de miel.

Todo el día pensando en la bendita estrategia y lo único que se me viene a la cabeza ahora, son las mismas causas perdidas de siempre. Si los textos de la estrategia para Mario no me importan, la moral de Moni o las esposas frígidas tampoco. Cuando me voy a la cama trato de adoptar la posición del cadáver porque es la posición básica de yoga y es el primer paso para relajarse. El nombre de ésta posición, se aleja de lo que considero una posición, y de repente, mi cama es un ataúd, las sabanas blancas un vestido y oigo música, eso es... Música de bienvenida.

4 comentarios:

Lascivia dijo...

Corazón, arriba el ánimo. te acompaño. Te sigo.
Besos eternos.

Patán 1973 dijo...

Angustiantemente brillante.

Adriana dijo...

Todo pasa bonita, las penas vienen y van y desaparecen....

Beso grande.:-)

hatoros dijo...

¡QUÉ BIEN ESCRIBES!.
QUE TE SEA LEVE.
GRACIAS Y UN ABRAZO